Estoy ante una hoja en blanco,
con el cursor esperando a que empiece a teclear. Y ahí estoy, con la mirada
perdida, preguntándome, «¿qué diablos escribiré?»…
¿Irónico,
no? Siendo una escritora, debería tener el don de la palabra. Pero bueno, no
solo soy escritora, también soy el corazón de una pequeña editorial que soñó,
durante tres años, en democratizar un poco el proceso de sacar un libro en
papel, que el dinero no fuera un impedimento, para permitir que el talento y la
ilusión fuera tangible.
Pero
los sueños terminan.
Y
este terminó, desperté.
Regalé
tres años de trabajo, de conocimientos,
de investigación, de gestión, de estudio, de tiempo. Recibí gratitud,
experiencia, amigas, reputación y preciosos momentos.
Pero
llega un momento en que ya no puedes regalar o cobrar una comisión irrisoria,
casi simbólica. Sobre todo, cuando asumen que lo vas a hacer, que este trabajo es
fácil y sencillo; y no lo es, nunca lo ha sido. Aunque lo haga mil veces, nunca
es fácil.
Y
llega un momento en que lo único que recibes son dolores de cabeza, malos ratos
y un constante ruido mental que te grita «¿por esto estoy trabajando?, ¿vale la
pena quitarle horas a mi familia para esto?». Porque en el estricto rigor es
eso, un trabajo.
Hoy
saqué el cálculo de cuánto cuesta, en dinero, mi trabajo que, en términos
generales consiste en dar servicios editoriales: diseñar una portada, diagramar, inscribirlo en la cámara
chilena, gestionar con la imprenta, gestionar un lanzamiento, hacer señaladores,
booktrailers, enviar a corrección, asesorar, promover, aconsejar y un largo
etcétera…
El
resultado final es escalofriante. Hacer un libro en papel con toda la
parafernalia posible es prohibitivo, y ni siquiera abarco el tema de
distribución a librerías —y eso, es harina de otro costal—. Ahí es cuando
entiendo el porqué una editorial tradicional solo le da el 8% o 10% al autor,
de otro modo, no es negocio.
Hoy
le tomé el real peso de lo que he hecho. Puse en la balanza todo lo que me ha
costado, todo lo que he recibido.
Nunca
quise que esto fuera un negocio, ¡somos independientes! Nos cuesta sangre sudor
y lágrimas estar en esto, y no depender de la varita mágica que nos llevará a
una editorial gigante para convertirnos en best
seller. Nosotros tomamos esa misma
varita, estudiamos hechicería, practicamos infinidad de veces hasta
perfeccionarnos y hacemos magia. Quería que el lector ganara, que el autor
ganara, que tuviéramos un producto de calidad profesional, que fuera un dar y
recibir desinteresado, que el libro llegara a todos a un precio accesible. Ese
era mi sueño, pero, en la cruda realidad hay una delgada línea que no debe
traspasarse, pero sucedió… y aprendí, a porrazos, que no todos piensan,
sienten, actúan, ni tienen los mismos valores que yo. Y es triste, muy, muy
triste, porque me he llegado a cuestionar si seguir en esto o no, y llegué a
una conclusión que no quería ver ni asumir. Pero ahí está, gigante, escrita con
letras mayúsculas de color rojo y en neón… Y ya no puedo seguir evadiendo la
realidad, y decidí.
No
saben cuánto lo siento en el alma, pero las reglas cambiaron. Entregaré lo
mejor de mí, de eso que no quepa duda, pero primero, valoraré este trabajo, es
como debe ser.
Pero,
siempre hay un pero, existe un puñado de personas, que merecen que los siga
apoyando, por diversas razones. Pero la principal, es que tienen el mismo sueño
que yo, y que valoran, de verdad, mi trabajo. Por esas personas valiosas, que
aportan, que son valientes e íntegras, he decidido continuar en este camino,
para descubrir hasta donde se puede llegar. Porque no quiero que paguen justos
por pecadores y porque una parte de mí sigue soñando, a pesar de la realidad.
Es verdad, Pame, todo lo que haces es un gran trabajo, haces algo lindo que viene del corazón. Yo agradezco tu apoyo desde el primer momento, sé que sin ti, jamás hubiera publicado y lo he dicho, por ti y gracias a ti lo hice y espero seguir haciéndolo. Deseo de todo corazón que este nuevo rumbo que toma lo que haces, sea para bien tuyo, de tu familia y de todas las que escribimos. Que Romance y Letras siga andando, pero como corresponde. Un abrazo <3 <3
ResponderEliminarQue quieres que te diga, Soa Pame, Show must go on!! Pero hoy hemos crecido y aprendido, y la delgada línea se ha engrosado 👏🏻👏🏻👏🏻
ResponderEliminarHola Pame!! Nosotras apreciamos muchísimo su trabajo! Cuenta siempre con nosotras como medio para promover lo que necesiten! Gracias por esa honestidad que tanto te caracteriza
ResponderEliminarMuchas gracias a todos :D
ResponderEliminarQue increíbles palabras mi querida amiga tengo el privilegio de conocer cada paso de tu trabajo, las ansias el corazón que le has puesto a cada libro, soy una privilegiada de poder decir que me llenas de orgullo por que lo que has logrado no lo hace cualquiera, pero ya es tiempo de crecer aunque no fue de la mejor manera mi querida esa línea como dice la soa salvo se engroso y nada que hacer sigue soñando por que tus ssueños han sido tangibles, como te he dicho tu haces magia y nadie apagará eso, aquí siempre para apoyarte, te adoro
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